miércoles, 26 de abril de 2017



LA CRECIENTE PARTICIPACIÓN CIUDADANA DE LOS AÑOS TREINTA



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Durante la crisis de 1925- 1932, la ciudadanía salió a la calle para expresar sus ideas políticas y cada vez con mayor frecuencia se organizó en diversos movimientos sociales y partidos políticos.
Esto no cambió con la llegada de Alessandri por segunda vez a La Moneda, debido a que estos nuevos actores ya se habían ganado un importante espacio en la vida política del país, la que dejaba de estar centrada exclusivamente en los partidos tradicionales. En gran medida, la agitación civil era producto de la crisis económica, pero los movimientos sociales y partidos políticos que emergieron en la década de 1930 tenían conciencia de su rol e importancia en el nuevo escenario político que se abrió con las elecciones de 1932.
En las diversas épocas los ciudadanos se expresan de manera diferente. En el período 1932-1938, la población salió a expresar sus opiniones respecto del acontecer nacional, canalizando sus inquietudes ya sea a través de movimientos sociales y en nuevas organizaciones políticas.
¿Qué son los movimientos sociales?
Los movimientos sociales son
agrupaciones de personas que se organizan para desarrollar una acción colectiva (movilización) en pos de un objetivo (motivo) de cambio social, o para oponerse a un fenómeno social concreto que las aqueja.
La acción colectiva es lo que identifica al movimiento social, aunque en algunos casos esta identidad puede tomar muchos años en formarse (en tal caso se habla de movimientos históricos), o puede ocurrir en un breve período (en tal caso se habla de movimientos coyunturales). Esta acción colectiva tiene dos ámbitos de expresión. Hacia el interior del movimiento, suele dotarse de altos grados de informalidad, de discontinuidad y de propender a realizarse en contextos igualitarios. En este sentido, en los movimientos sociales rara vez existen instancias que permitan preservar la vigencia de las decisiones tomadas, o asegurar el cumplimiento de los acuerdos asumidos en una negociación política en la que participen sus dirigentes.
En el ámbito externo, los movimientos sociales se expresan mediante movilizaciones (de donde deriva su denominación), protestas, manifestaciones públicas u otras formas no convencionales, aunque legales, de presencia pública activa; que se realizan a menudo en torno de demandas monotemáticas, lo que deja
un amplio espacio para que sus integrantes tengan una diversidad de otras creencias. Las demandas de los movimientos son planteadas como principios, no renunciables ni tampoco negociables.
¿Qué son los partidos políticos?
Los partidos son agrupaciones políticas, en las que sus integrantes concurren con su consentimiento y voluntad a promover el interés nacional, sobre la base de principios respecto de los cuales todos están de acuerdo.
La promoción de este interés nacional se realiza eminentemente en el ámbito de la política, es decir, en las elecciones y las instituciones representativas del Estado, en las cuales los partidos proponen programas de acción, articulan y aglutinan  intereses sociales, movilizan políticamente a los ciudadanos, reclutan militantes
y los forman como élites ciudadanas para organizar gobiernos, etc.
Desde una perspectiva interna, los partidos suelen crear comisiones jerarquizadas, de estudio, discusión y resolución de diferentes temas, tanto de la realidad nacional como de su propia organización interna; poseen instancias de control de la acción de sus dirigentes y representantes, así como establecen mecanismos
que permiten mantener y supervisar la vigencia de los acuerdos tomados. Si bien algunos de los postulados de los partidos políticos son considerados principios irrenunciables por sus militantes, ya que definen su identidad política, en general sus propuestas y programas de acción son planteamientos destinados
a movilizar electorado, o bien a fomentar un marco de negociación política con otros partidos y actores relevantes del régimen democrático del país.

Los movimientos sociales de la década de 1930
El movimiento estudiantil: la gran demanda histórica de los universitarios era reformar la universidad, y junto con ello, transformarse en protagonistas de esa reforma y de la institucionalidad universitaria que surgiera de ella. Lo nuevo de la década de 1930, es que el movimiento universitario ya no era dirigido
por estudiantes anarquistas, como en la década de 1920, sino por militantes de las juventudes políticas de los distintos partidos. La misma existencia de estas juventudes, en lenguaje político, demostraba la importancia que había adquirido el movimiento universitario: los partidos consideraban ahora a la juventud universitaria, como un sujeto político relevante. Sobresalían entre estos movimientos estudiantiles el grupo
Avance, una sección del Partido Comunista, liderado por Julio Barrenechea; y el grupo Renovación, que agrupaba a jóvenes socialcristianos ligados a los partidos más tradicionales, liderados por Bernardo Leighton. Ambos grupos coincidieron en 1932 en una Comisión de la Reforma, que propuso un congreso universitario para estudiar cambios a la institucionalidad. Si bien solo participaron estudiantes, el congreso redactó un documento que se entregó al gobierno de Montero, quien prometió darle curso en el Parlamento. Entre otras cosas, el proyecto planteaba “contribuir a la creación y mantenimiento de universidades para obreros, dilucidar los problemas económicos, sociales, políticos y morales, y colaborar en el conocimiento, utilización y desarrollo de la riqueza social.” A pesar de la nobleza implícita en estos ideales, el proyecto nunca vio la luz, debido a la crisis política de 1932.
El movimiento obrero: En el despertar de la década de 1930, el movimiento obrero estaba dividido y en crisis, debido a la sindicalización legal, que inicialmente fue rechazada por comunistas y anarquistas, mientras que una mayoría de obreros la apoyó. Por su parte, inspirado por el corporativismo, el gobierno de Carlos Ibáñez había intentado controlar el movimiento obrero, fundando en 1930, la Confederación de Sindicatos de Chile, liderada por Carlos Olguín, un dirigente panadero, y más tarde, la Unión General de Obreros y Empleados de Chile. Sin embargo, pese a los esfuerzos del Gobierno por controlar al movimiento, este se convirtió en un factor de su caída.
Durante el gobierno de Alessandri, la agitación social y las huelgas estuvieron a punto de desestabilizar al gobierno en 1933, lo que llevó al mandatario a solicitar al Congreso facultades extraordinarias. En 1935 se desarrolló una seguidilla de huelgas, las cuales tuvieron a los trabajadores ferroviarios como sus principales protagonistas. Debido a su carácter estratégico (el ferrocarril era el principal medio de transporte del país), una vez más vez el Gobierno solicitó facultades extraordinarias para poner freno a las huelgas mediante la represión. Pese a los métodos represivos empleados, el movimiento ferroviario contribuyó enormemente a la fundación, a fines de 1936, de la
Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), una central única, capaz de coordinar las movilizaciones y demandas de todos los trabajadores de Chile, que durante 1937 suscribió a la alianza de centro izquierda llamada Frente Popular.
El movimiento sufragista femenino: desde el año 1934, en que se dictó la ley sobre Organización y Atribuciones de las Municipalidades, las mujeres pudieron votar en las elecciones municipales, previa inscripción en los Registros Electorales, pudiendo elegir y ser elegidas. Al mismo tiempo de significar un avance democrático, fue el resultado de casi dos décadas de presión del movimiento feminista, y especialmente de la revista Acción Femenina, que desde mediados de la década de 1920 insistía en el voto municipal, la educación mixta y la formación profesional como deberes y obligaciones del Estado.
Tras el logro del voto municipal, en 1935 nació el
Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH), tal vez la organización más poderosa de esta época, conducida por brillantes dirigentes de la talla de Elena Caffarena, Marta Vergara y Olga Poblete. Por primera vez en su historia, el movimiento feminista logró superar las diferencias propias entre las mujeres de la aristocracia, las de sectores medios y obreras. Esta unidad en el programa y en la acción, se manifestó en la aparición de una revista de título sugerente: “La Mujer Nueva”, que planteó una serie de propuestas para mejorar la situación política, económica y social de las mujeres chilenas, al paso que criticaba los modelos y estereotipos de la mujer-objeto, o la mujer-sujeto pasivo, difundida en aquellos años dentro de la clase política chilena.
El MEMCH fue el primer movimiento femenino que formó parte de una coalición política: el Frente Popular, en 1938, aprobó por unanimidad la invitación a esta organización a formar parte de sus fi las y Caff arena fue designada secretaria del Comité de la Candidatura presidencial de Pedro Aguirre Cerda.
Nuevas organizaciones políticas
Además de los actores sociales, la década de 1930 fue fructífera en el surgimiento de nuevas organizaciones políticas. En orden cronológico, las más importantes fueron:
El Movimiento Nacional Socialista de Chile (MNS): fundado el 5 de septiembre de 1932 en el marco de una convención en la cual sería elegido Jorge González von Marées, como su principal líder. Si bien su nombre estuvo inspirado en el nazismo alemán, discrepaba con él en varios puntos: se defi nía como movimiento,
era partidario de una democracia corporativista (y contrario a la democracia liberal, “viciada por el cohecho y la intervención electoral”), era antiimperialista (especialmente, antiestadounidense) y si bien era antimarxista (consideraba el marxismo una doctrina dogmatica) su crítica principal era en contra del liberalismo. En materia económica era partidario de una economía mixta, contraria tanto al liberalismo como al socialismo colectivista. En materia racial, los nacis se consideraron contrarios al antisemitismo en Chile.
El “
nacismo” fue partidario de lo que denominó “la violencia defensiva”. En pos de ella, desarrolló Tropas Nacistas de Asalto, que rivalizaban en las luchas callejeras con las organizaciones comunistas y socialistas.
El Partido Socialista de Chile: fue fundado el 19 de abril de 1933 a partir de la fusión de cuatro organizaciones que existían anteriormente: el Orden Socialista, el Partido Socialista Marxista, la Acción Revolucionaria Socialista y la Nueva Acción Pública. Entre sus fundadores se encontraban Marmaduke Grove (candidato a la presidencia en 1932), Eugenio Matte Hurtado y Oscar Schnake (primer Secretario General). El nuevo partido se identificó con el internacionalismo y antiimperialismo, la necesidad de transformar
el capitalismo en un sistema socialista, y el establecimiento de una dictadura de los trabajadores.
Ya para 1936, el partido gozaba de una gran convocatoria a nivel nacional, convirtiéndose en la principal fuerza electoral de izquierda.
El Frente Popular: se fundó como alianza electoral en 1937, fue integrado por los partidos: Comunista (principal promotor), Radical (principal fuerza electoral), Socialista, Demócrata y Radical Socialista.
El Frente Popular respondió a factores de diversa índole: en materia internacional, obedeció a la política del comunismo internacional de establecer alianzas entre fuerzas populares y burguesas para frenar el avance del fascismo; internamente, respondía a la necesidad de hacer frente al fortalecimiento de los partidos tradicionales de derecha, que se produjo durante el gobierno de Alessandri.
Recibió adhesiones de diversas organizaciones populares como la CTCH y el MEMCH. El Frente Popular representó en su momento un proyecto progresista e incluyente, que consideraba el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Por estas razones fue apoyado por diversas organizaciones sociales, tales como la CTCH y el MEMCH. Debido a ello, el Frente Popular se transformó en el principal adversario del gobierno de Arturo Alessandri.

ACTIVIDADES
1)       Que elementos habrían facilitado la creciente participación ciudadana en chile de los años 30. Explique.(2pts.)
2)       Que  deferencias existen entre los términos “acción colectiva”, Movimiento Histórico” y “Movimiento Coyuntural”. Qué categoría se le daría a al fenómeno conocido como “la revolución Pingüina”. Por qué?(2pts.)
3)       Qué importancia tienen los Partidos Políticos en el desarrollo de una República. Explique (1pto.)


4)       Describa  el desarrollo de los movimientos universitarios en torno a la política.(1pto.)
5)       Explique que se planteaba en la comisión de la reforma.(1pto)
6)       Concluya que importancia pudo haber tenido la formación de la CTCH para la lucha obrera y con qué entidad actual la relacionaría.(2pts.)
7)       Describa cómo se desarrolla  el movimiento feminista de los años treinta.(1pto.)
8)       De los nuevos partidos políticos de la época, que planteaba en movimiento N.S. chileno y el partido socialista.(1pto.)
9)       Que conclusión puede extraer  de la efervescencia  producida en los años 30, que motivaba la lucha social. Desarrolle sus ideas.( 2pts.)

10)    Según su parecer, cree ud. que las luchas sociales de la actualidad tienen alguna relación con las luchas sociales actuales? Explique, fundamente y desarrolle la idea ( 2pts.)

miércoles, 6 de julio de 2016









LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945)

Introducción: La Segunda Guerra Mundial superó claramente a la Primera Guerra, tanto por la duración y la intensidad de los combates como por las pérdidas humanas y los recursos que se utilizaron: participaron 72 Estados, fueron movilizados 110 millones de hombres, el coste económico de la guerra fue cuantiosísimo y hubo más de 40 millones de muertos.
El norte de China, Japón y Europa quedaron devastados y su equipamiento industrial, ferroviario, portuario y viario quedó muy maltrecho. Además, la Segunda Guerra Mundial tuvo una extensión realmente mundial, ya que se combatió en casi todos los continentes (Europa, Asia, África y Oceanía) y en todos los océanos.
En el terreno armamentístico, las grandes potencias enfrentadas perfeccionaron y pusieron a punto instrumentos de ataque suficientemente terribles como para destruir a toda la Humanidad. La aparición de las grandes unidades blindadas, la utilización de los submarinos, de los portaaviones, de los misiles antiaéreos, del radar y de la aviación como recurso habitual para el transporte de tropas y para los bombardeos sobre la población civil, hicieron de este conflicto una verdadera carrera hacia a destrucción. Finalmente, la explosión de la primera bomba nuclear marcó un hito en la historia del miedo atómico, al demostrar que era posible destruir la humanidad.
La mayoría de los problemas que llevaron a la S.G.M. fueron conflictos que no se habían resuelto en la P.G.M. o que tenían origen en ella. La humillación de Alemania en el Tratado de Versalles, la crisis económica de los años 30 y el ascenso al poder del nazismo provocaron en este país un sentimiento de revancha que culminó en una actitud agresiva hacia el resto de Europa.
Esta guerra que estalló en 1939 fue el segundo conflicto que, iniciado en Europa, llegó a convertirse en una “guerra total”, porque directamente incluyó a países de otros continentes e influyó indirectamente en los aspectos políticos, sociales y económicos en el resto del mundo, de manera similar como sucediera con el enfrentamiento armado de 1914.
Pero a diferencia de éste, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto de escala mucho más grande y de mayor duración, que se propagó a territorios más extensos y llegó a ser más cruel e implacable. En su origen, aparte de la rivalidad internacional inherente a todo conflicto de esta naturaleza, intervinieron otros factores relacionados con los eventos ocurridos en el mundo durante los veinte años del periodo de entreguerras.
Causas o Factores de origen del Conflicto: En primer lugar, la Segunda Guerra Mundial surgió en función del enfrentamiento entre ideologías que amparaban sistemas político—económicos opuestos. A diferencia de la guerra anterior, enmarcada en un solo sistema predominante —el liberalismo capitalista, común a los dos bandos—, en el segundo conflicto mundial se enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo democrático, el nazi—fascismo y el comunismo soviético. Estos dos últimos sistemas, no obstante ser contrarios entre sí, tenían en común la organización del Estado fuerte y totalitario y el culto a la personalidad de un líder carismático, características opuestas al liberalismo que postula la democracia como forma de gobierno y la libertad e igualdad de los individuos como forma de sociedad.
En segundo lugar estaban los problemas étnicos que, presentes desde siglos atrás, se fueron haciendo más graves al llevarse a efecto las modificaciones fronterizas creadas por el Tratado de Versalles, que afectaron negativamente sobre todo a Alemania y a Austria —naciones pobladas por germanos— y redujeron de manera considerable sus territorios.
Este hecho fue determinante para difundir en esos pueblos el sentimiento de superioridad de la raza germana —identificada por Adolfo Hitler como “raza aria” de acuerdo con una idea desarrollada en la filosofía alemana del siglo XIX— frente a los grupos raciales, principalmente los judíos que controlaban la economía capitalista, y quienes, según la perspectiva de los nazis, habían dividido a los pueblos germanos e interrumpido su desarrollo económico.
Por otra parte, la insistencia de Hitler por evitar el cumplimiento del Tratado de Versalles   provocó diferentes reacciones entre los países vencedores: Francia, que temía una nueva agresión de Alemania, quería evitar a toda costa que resurgiera el poderío bélico de la nación vecina. En cambio, el gobierno británico y el de Estados Unidos subestimaban el peligro que el rearme alemán representaba para la seguridad colectiva; consideraban que el Tratado de Versalles había sido demasiado injusto, y veían con simpatía la tendencia anticomunista adoptada por la Alemania nazi, porque podría significar una barrera capaz de detener el expansionismo soviético hacia Europa, calificado entonces por las democracias occidentales como un peligro mayor y mucho más grave que el propio nazismo. A causa de ese temor al comunismo, el gobierno británico adoptó una política de “apaciguamiento” respecto al expansionismo alemán, bajo la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una  nueva guerra y se obtendría, además, su colaboración contra el peligro soviético.
En tercer lugar, en la década de los años treinta la situación del mundo era muy distinta a la de 1914. Aparte de los trastornos ocasionados por la crisis económica iniciada en Estados Unidos, aún persistían los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial, que había producido una enorme transformación en todos los ámbitos de la vida humana y originado grandes crisis en prácticamente todos los países de la Tierra. Además, la secuela de tensiones internacionales que ese conflicto produjo, preparaban el camino para una nueva guerra, no obstante los intentos de la Sociedad de Naciones por evitarla. Por esta razón, puede decirse que la Segunda Guerra Mundial se originó directamente de la Primera; de ahí que ambos conflictos, enlazados por el periodo de entreguerras, constituyan lo que se considera como la “Segunda Guerra de los Treinta Años” en la historia moderna de la humanidad.
La crisis económica de la década de 1930 había estimulado a Japón a sustituir a Europa en el Lejano Oriente y a construir lo que ellos mismos llamaban «la gran Asia Oriental«, dominada por el nuevo orden japonés. Así, Japón inició una política expansionista que tenía un doble objetivo. Por un lado, controlar territorios para extraer materias primas y dominar sus exportaciones, y, por otro, reabsorber la crisis industrial mediante los encargos de armamento. La expansión «pacífica» de los años veinte se convirtió en la década de los treinta en expansión militar, que se inició en 1931 con la invasión de Manchuria, que se convirtió en Manchukuo, un estado satélite del Japón. La guerra en el Lejano Oriente comenzó, en realidad, en 1937, cuando se generalizó el conflicto chino japonés, y tuvo su momento decisivo en 1941, con el ataque a la base norte-americana de Pearl Harbour.

A semejanza de la Primera Guerra Mundial, la Segunda se presenta en dos fases:
a) desde 1939 a 1941 cuando se desarrolla fundamentalmente en Europa y muestra una orientación favorable a las potencias del Eje;
b) desde 1942 a 1945, cuando la guerra adquiere dimensiones mundiales y paulatinamente pasa a ser favorables a los países aliados encabezados por Gran Bretaña, EE.UU. y URSS.

Stalin se une a Hitler
Hitler invadió Polonia para abrirse paso hacia la Unión Soviética, pero lo hizo sólo después de intentar neutralizar a los polacos a través de negociaciones. En marzo de 1939, se ofreció para protegerlos de los soviéticos a cambio de la devolución de Danzig (actualmente Gdánsk), separada de Alemania al final de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Polonia, desconfiando de sus dos poderosos vecinos, aceptó una oferta de defensa de Gran Bretaña.
Hitler se enojó. Siempre había contado con el consentimiento de Londres en sus planes contra la Unión Soviética. Cuando los británicos establecieron el servicio militar obligatorio se dio cuenta de que debía atacarlos para poder conquistar la URSS. Pero primero quería utilizarla contra Polonia. Tras revocar sus tratados de 1935 con Polonia y Gran Bretaña, envió al ministro de Asuntos Exteriores, Joachim von Ribbentrop, a Moscú. Stalin, inseguro acerca de la ayuda de Occidente en caso de un ataque alemán, llegó a un acuerdo con Hitler. El líder soviético demostró su ansia de entendimiento al destituir a su ministro de Asuntos Exteriores, un judío. El 23 de agosto el nuevo ministro, Vyacheslav Molotov, se citó con Von Ribbentrop y firmaron un pacto de no agresión ante la sorpresa del mundo, que consideraba al fascismo y al comunismo como enemigos irreconciliables. La entrada en vigencia del protocolo secreto del tratado causó una sorpresa todavía mayor: en el caso de una «transformación territorial y política» en la región, los alemanes y los soviéticos se repartirían el este de Europa.
Hitler inició esa transformación unos días más tarde. Cuando culminó, la URSS había obtenido los prometidos dos tercios de Polonia como una zona tapón contra la invasión. Mientras, Alemania contaba con una plataforma de lanzamiento para este mismo propósito.

El Pacto de Acero
Benito Mussolini se sintió humillado por la victoria sin sangre de Hitler sobre los checos. Sin disparar un solo tiro, su «alumno» lo había superado como conquistador. Deseoso de ponerse a su altura, el Duce decidió la anexión
Ligados por el pacto, soldados Italianos y alemanes conversan en Tirana (Albania).
de Albania (sobre la que Italia ejercía un dominio de hecho desde 1934). Sin embargo, la campaña, lejos de ser gloriosa, llevó a Mussolini a una condición todavía más servil hacia el Führer al firmar el tratado de 1939 que Hitler llamó el Pacto de Acero.
El 7 de abril empezó la invasión en forma completamente desorganizada. En vez de entrar en primer lugar en la capital, Tirana, los comandantes italianos se detuvieron a negociar con  enviados del rey Zog de Albania. Mientras, éste huyó a Grecia, se abrieron las prisiones de Tirana y una multitud saqueó la ciudad. El Consulado italiano envió una llamada de socorro a Roma, que no sirvió de nada.
A pesar de la incompetencia de los invasores y de su falta de equipamiento, los italianos superaron a una resistencia desorganizada. El 16 de abril, el país se convirtió en una provincia de Italia. Gran Bretaña protestó y Alemania felicitó al Duce. Convencido de que el Führer era imparable, Mussolini aceptó firmar una alianza formal.


SÍNTESIS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945)

Segunda Guerra Mundial: En 1935, Hitler anuló las restricciones impuestas por los aliados y reanudó el rearme de Alemania. Lo hizo dirigido por un grupo de hábiles estrategos, creadores de una nueva forma de guerra: la blitzkrieg (guerra relámpago). Consistía en la ruptura del frente de combate en un punto, seguida por un avance fulminante.
El éxito del ataque —precedido por bombardeos en picada de gran precisión— se debía al empleo masivo de tanques. La artillería autopropulsada y la infantería, compuesta en parte por motociclistas, progresaban con gran rapidez, sostenidas por tropas aerotransportadas a puntos clave de la retaguardia del enemigo. Confiado en esta superioridad, Hitler emprendió una política cada vez más audaz, aprovechando el temor de las naciones occidentales frente al comunismo, y favorecido por sus divergencias y dificultades internas y por el franco apoyo de Mussolini, con quien formó el llamado “Eje Roma-Berlín”.
En 1938 anexó Austria y reclamó la inmediata entrega de los Súdeles, poblaciones checoslovacas de raza germánica. En la entrevista de Munich, el 29 de septiembre de 1938, el ministro inglés, Neville Chamberlain, y el francés, Eduardo Daladier, consintieron la cesión. Poco después, los nazis ocuparon el resto de Checoslovaquia. El Tratado de Versalles creó en 1919, la ciudad libre de Danzig, separándola de Alemania. Poco después Polonia obtuvo una salida al mar Báltico a través del llamado “corredor polaco”. En 1939, Hitler exigió la reincorporación de ambos.
Hitler firmó en noviembre un “pacto de neutralidad” con el dictador ruso Stalin, que en la práctica lo autorizaba a proceder con “mano libre” en Polonia. Seguros se trasladó de que tampoco esta vez Francia e Inglaterra se moverían, los nazis cruzaron la frontera polaca el 1° de septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia, garantes de la independencia de ese país, se vieron obligados a declarar la guerra Polonia fue conquistada en pocas semanas, hasta una línea divisoria acordada con Rusia, que ocupo la otra parte. Los rusos también se anexaron los estados bálticos: Estonia, Letonia y Lituania y rectificaron en su favor la frontera con Finlandia, al cabo de una breve guerra.
Inglaterra y Francia no estaban convenientemente preparadas para oponerse. Francia confiaba en su defensa y había invertido la mayor parte de su presupuesto militar en la construcción de la línea Maginot, cadena de fortificaciones en su frontera con Alemania. En la primavera de 1940, los germanos ocuparon sin resistencia Dinamarca y Noruega. Luego invadieron Holanda y Bélgica, repitiendo !a maniobra de flanqueo de las fortificaciones francesas realizada en 1914.
La invasión de Bélgica originó un avance franco-inglés para contenerla, pero no lo consiguió. La blitzkrieg abrió  una amplia brecha encerrando a una parte de sus adversarios en el puerto de Dunkerke. Desde allí la mayoría pudo embarcarse a Inglaterra, aunque con grandes pérdidas. Simultáneamente, las tropas alemanas entraban en Francia y ocupaban París, el 14 de junio.
Tres días después el mariscal Petain firmaba el armisticio. Francia quedó dividida en dos partes: la del norte y del oeste ocupada por los invasores, y la otra, con capital en Vichy, bajo el gobierno de Petain, que fue sujeta a un severo control nazi. Muchos franceses resistieron el dominio alemán en ambas zonas, alentados desde Inglaterra por el general Charles De Gaulle.
Italia, hasta entonces neutral, entró en la guerra junto a Alemania en junio de 1940 y ocupó algunas porciones fronterizas de Francia; atacó también a Grecia, con poca suerte. Intervino entonces el ejército alemán, que ocupó Rumania, Yugoslavia, Bulgaria y derrotó a los griegos.
Los nazis planearon la invasión de Gran Bretaña,\entonces su único oponente. La precedieron con intensos e ininterrumpidos bombardeos aéreos, que se prolongaron desde agosto de 1940 a junio de 1,941, cuando la aviación inglesa logró contenerlos, después de casi un año de lucha. El pueblo inglés, que había atravesado esta dura prueba bajo la guía de su primer ministro Winston Churchill, demostró un valor y una disciplina extraordinarios.
Recibió importante ayuda militar de los Estados Unidos. La conversión de las industrias de este país, de la producción comercial a la bélica, se hizo con sorprendente celeridad. Gran cantidad de aviones y tanques partieron directamente de las líneas de montaje al lugar de la lucha. Un nuevo proceso de construcción naval, puesto en práctica por el industrial Henry Kaiser, permitió la construcción acelerada de los barcos (modelo llamado Liberty) necesarios para el continuo cruce del Atlántico.
Alemania estaba preparada para cortar esa vital ruta. Contaba para ello con una importante flota de submarinos y acorazados rápidos. Los navíos mercantes efectuaron la travesía en grupos (convoyes) con fuerte protección. A pesar de las pérdidas, cumplieron su objetivo.
Los nazis explotaron al máximo los recursos de los territorios ocupados, en apoyo de su esfuerzo bélico. En los países agredidos se constituyeron movimientos clandestinos de resistencia, dedicados al espionaje y al hostigamiento.
A fines de 1940, tropas italianas acantonadas en su colonia de Libia, invadieron el protectorado inglés de Egipto para cortar el canal de Suez, vital ruta de abastecimiento de combustibles para los aliados, pero fueron rechazados. A principios de 1941, Alemania necesitó comprometer tropas en este frente: el Afrika Korps, al mando del general Rommel, sostuvo una guerra de
Tras varias campañas con éxitos de ambas partes, y con la intervención de los norteamericanos vehículos blindados en el desierto, enfrentando a los ejércitos del mariscal inglés Montgomery., entrados francamente en guerra, los ingleses alcanzaron en El Alamein(octubre de 1942) una victoria decisiva. En noviembre, una expedición norteamericana desembarcó en Marruecos y Argelia, y avanzó hacia Túnez. Encerrados allí los Ítalo-alemanes debieron rendirse.
Dejando sin efecto su pacto con Rusia, Hitler la invadió el 22 de Junio de 1941. La blitzkrieg llevó rápidamente sus tropas a las puertas de Moscú y de Leningrado, donde obtuvieron importantes victorias en las batallas de Smolensk y Minsk. Su propósito era quebrar la defensa antes de la llegada del crudo invierno soviético. Entonces se agravaría el problema de la desmesurada extensión de sus líneas de abastecimiento (superior a los 1 300 kilómetros), causa que precipitó la derrota de Napoleón en 1812.
Con ese fin los rusos, en su retirada destruían cuanto pudiera ser utilizado por los invasores (táctica de tierra arrasada). La denodada resistencia rusa contuvo el avance alemán, cuyas tropas sufrieron un gran desgaste durante el invierno. Los aliados enviaron importantes cantidades de armas, municiones y vehículos en convoyes que, desafiando a los submarinos, las transportaron a lo largo de la costa de Noruega, hasta puertos rusos en el mar Ártico.
En 1942 los alemanes concentraron su ofensiva en el sudeste, procurando conservar la región petrolera rusa, pero sufrieron un aplastante derrota en la batalla de Stalingrado.


LA Guerra en EL PACIFICO
La magnitud del conflicto se hizo gigantesca con el ataque sorpresivo de la aviación japonesa a la escuadra norteamericana anclada en Pearl Harbour  (base naval de las islas Hawaii), dejándola prácticamente destruida (7 de diciembre de 1941). Un ataque similar realizado pocos días después en el golfo de Siam dio cuenta de la flota británica en el Pacífico.
Asegurado el dominio del mar, las tropas japonesas ocuparon Filipinas, Birmania, Indonesia, Nueva Guinea, los importantes puertos de Singapur y Hong Kong y se aprestaron a la invasión de Australia.
Ante la imposibilidad de reparar en breve plazo los grandes acorazados cuyos cañones de largo alcance eran tradicionalmente la base del poder ofensivo, los norteamericanos idearon un nuevo tipo de guerra naval, basado en el uso de portaaviones (muchos de ellos barcos mercantes adaptados). De esta forma pudieron atacar a la flota japonesa desde posiciones fuera del alcance de tiro de la misma.
Obtuvieron así grandes victorias en las batallas navales de Midway, Mar del Coral y Leyte, reconquistando el dominio del mar y estableciendo el del aire. La estrategia norteamericana se basó entonces en la conquista de un rosario de islas que los llevaría directamente a las costas japonesas. En cada una encontraron enconada resistencia. Las fuerzas, al mando del general Douglas Mac Arthur, ocuparon así, las islas de Guadalcanal, Guam, Iwo Shima y Okinawa, entre otras (1943 a 1945).
Los japoneses sufrieron el ataque de los británicos que reconquistaron Birmania en 1944, y se replegaron en China ante la ofensiva del generalísimo Chang-Kai-Shek; los norteamericanos los desalojaron de Nueva Guinea y Filipinas.

En África, luego de reconquistar Túnez, las fuerzas aliada ocuparon Sicilia, en julio de 1943; luego desembarcaron al sur de Nápoles. Producida la renuncia de Mussolíni, Italia se retiró de la guerra y fue inmediatamente ocupada por los alemanes. Siguió una lucha,’tenaz a lo largo de la Península, a /medida que los aliados avanzaban hacia el norte.
El 6 de junio de 1944 un poderoso ejército norteamericano estacionado en Inglaterra, unido a otras fuerzas aliadas, desembarcó en la costa francesa de Normandía. Fue la operación de ese tipo más grande de la Historia, en la que operaron más de dos millones de hombres y enormes cantidades de equipos pesados, artillería y tanques, movilizados por buques de desembarco especialmente diseñados y puertos flotantes remolcados desde Inglaterra. Esta operación, fue planeada y dirigida por el general Dwight Eisenhower.
Capturado el puerto de Cherburgo, los aliados entraron en París el 25 de agosto. El general Charles De Gaulle asumió el gobierno de la Francia liberada, mientras el avance seguía hacia Bélgica y Holanda. El’15 de agosto, más fuerzas francesas y norteamericanas desembarcaron en el sur de Francia y progresaron a lo largo del valle del Ródano.
En 1943, los rusos tomaron entonces la iniciativa y la mantuvieron hasta el fin de la campaña. Su sostenido avance los llevó finalmente hasta la ciudad de Berlín. Sus ejércitos llegaron a superar diez millones de combatientes.
A partir de 1943, la aviación aliada emprendió continuados bombardeos de “saturación” contra puntos estratégicos y centros industriales. Miles de toneladas de bombas arrasaron ciudades enteras; vencidos en todos los frentes, los alemanes retrocedieron hasta sus propias fronteras.
Calculaban resistir el tiempo suficiente para utilizar una nueva arma: los proyectiles guiados (llamados bombas voladoras V1 y V2), capaces de cambiar el curso de la guerra, porque eran dirigidas matemáticamente a blancos fijados. Londres fue intensamente bombardeada. A fines de 1944, y con el objeto de retardar el avance aliado, los alemanes lanzaron, desde la región de las Ardennes (Luxemburgo y noreste de Francia) una importante contraofensiva, pero fueron rechazados.
Los aliados avanzaron entonces en tres columnas: inglesa al norte, norteamericana en el centro y francesa al sur, penetrando en Alemania. Los soviéticos, por su parte, anticiparon el ataque a Berlín y la ocuparon el 2 de mayo de 1945. Ese día, Hitler, encerrado en un “bunker” (recinto fuertemente fortificado) se suicidó para esquivar la humillación de su inminente captura; a esto sucedió la rendición incondicional germana, el 7 de mayo.

En el Pacífico, la guerra duró cuatro meses más. Los aliados comunicaron al Japón poseer una
bomba atómica” de aterrador poder, intimándole la rendición. Ante una desdeñosa negativa, el presidente norteamericano HarryTruman, que sucedió a Roosevelt por el fallecimiento de éste, dio la orden. Una bomba fue lanzada el 6 de agosto sobre la populosa ciudad de Hiroshima, dejándola totalmente destruida; tres días después, cayó otra sobre el importante puerto de Nagasaki. El 14 de agosto, Japón aceptó una paz “sin condiciones”.
Las conferencias de Yalta y Postdam, celebradas por los máximos dirigentes aliados (Roosevelt, Churchill y Stalin), decidieron la suerte de los vencidos. Tanto Alemania como Austria y la ciudad de Berlín quedaron divididas cada una en cuatro zonas de ocupación a cargo de la Unión Soviética, los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, respectivamente.
Austria logró más tarde su indo pendencia. Alemania fue dividida en la República Federal Alemana (al oeste) y la República Democrática Alemana (comunista, al este). Prusia oriental fue separada del Reich y repartida entre Rusia al norte y Polonia al sur, con el importante puerto de Danzig.
Francia recuperó Alsacia y Lorena; Italia debió ceder Trieste y la zona circundante del litoral Adriático a Yugoslavia, y a Grecia las islas del Dodecaneso.
Rusia anexó las naciones bálticas: Estonia, Letonia y Lituania y territorios de Polonia, Hungría y Finlandia.
Japón fue despojado de sus posesiones de ultramar, entregó a Rusia la parte sur de la isla de
 Shakalin y las islas Kuriles y cesó en sus pretensiones de ocupar la importante isla de Formosa, que había conquistado.
Consecuencias de la Segunda Guerra: En la última fase de la guerra, Estados Unidos y la Unión Soviética pasan a ejercer el papel predominante, formándose dos bloques encabezados por ellos. Estados Unidos, que ya desde antes de la guerra era la primera potencia económica mundial, se consolidó como tal. Europa quedó muy debilitada del conflicto y estaba arruinada por la guerra. Estados Unidos se convirtió, además, en la primera potencia militar mundial gracias al esfuerzo bélico realizado. A partir de entonces asumiría la función de defensor de los valores de la civilización occidental, sustituyendo a Gran Bretaña en su papel de gendarme mundial.
La Unión Soviética, a pesar de las grandes pérdidas materiales y humanas que sufrió por el conflicto, salió muy fortalecida. El campo socialista se extendió a los países de Europa central y oriental, y la Unión Soviética se convirtió en su centro dirigente. La Revolución China estaba en curso y tampoco se haría esperar. Los próximos años mostrarían la intensidad de dicho enfrentamiento.
Para el conjunto del conflicto de 1939-1945, tanto en Europa como en Asia, las cifras de pérdidas humanas son impresionante, las mayores que una guerra haya producido en toda la historia. En total se calculan 55 millones, 25 millones de cuales era militares y el resto civiles, sin contar 5 millones de judíos asesinado en el Holocausto ocasionado por los Nazis. Pero esto es sólo una estimación aproximada , las destrucciones de registros civiles por bombardeos aéreos, la confusión provocada por los traslados de población –que imposibilita distinguir entre fallecido y desaparecidos- y la pérdida de parte de la documentación han impedido un mayor acercamiento a la cifra real de los muertos.
Alemania
8.000.000
Checoslovaquia
6.700
China
2.000.000
EE.UU
405.399
Francia
600.000
Inglaterra
300.000
Japón
2.000.000
Polonia
6.000.000
URSS
22.000.000
Yugoslavia
1.500.000
A pesar de su falta de precisión, estas cifras aproximadas proporcionan una idea de la sangría demográfica que significó la Segunda Guerra Mundial, con un descenso poblacional casi cuatro veces mayor que el ocasionado por la de 1914-1918. Esta diferencia se explica por la considerable extensión del teatro de operaciones bélicas y por la implicación directa de toda la población en la guerra como efecto de los bombardeos aéreos. Todo ello agravado porque algunos países (Japón y la URSS principalmente) no respetaban la Convención de Ginebra de 1864 sobre prisioneros de guerra, y por las políticas racistas de exterminio sistemático llevadas a cabo por el Tercer Reich.
A estas cifras se deben añadir 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos, así como las víctimas de la sub alimentación que sufrían de enfermedades como la tuberculosis y el raquitismo. Además, esa hecatombe demográfica tendría consecuencias a largo plazo; en las pirámides de edades correspondientes países como la Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia y Alemania, se puede observar un desequilibrio en los indicadores de edad y sexo, que representa un notable descenso de la población activa que afectó de manera inmediata la reconstrucción de esos países y años después impactaría sobre el comportamiento del índice de natalidad.
Al final de la guerra se planteaba en Europa el problema de las personas desplazadas a causa de las vicisitudes de la guerra. En tanto que millones de hombres y mujeres vagaban de un punto a otro del Continente, ex prisioneros de los campos de concentración nazis que trataban de volver a sus respectivos países, ex colaboracionistas que esperaban escapar a las represalias y los castigos y, sobre todo, millones de personas que abandonaban los territorios anexionados por los vencedores. Unos 10 millones de alemanes sin recursos expulsados de Polonia, de Checoslovaquia o de Hungría, fueron transportados a una Alemania que había perdido 25% de su territorio, mientras que  cerca de dos millones de checos y eslovacos ocupaban los territorios abandonados por los alemanes. En Austria apenas si fueron dejados en sus hogares los descendientes de colonos alemanes.
En la región del Báltico, la suerte más cruel la sufrieron los letones, estonios y lituanos, quienes, deportados a campos de trabajo alemanes durante la guerra, al terminar ésta fueron llevados a Rusia al tiempo que su territorio era ocupado por colonos rusos. Siglos de lentos procesos demográficos fueron barridos en pocos meses; el mapa desplazamiento de etnográfico de Europa central y oriental fijado desde la Edad Media fue radicalmente remodelado.
Pérdidas materiales y financieras: El panorama de las destrucciones materiales era también desolador; numerosas viviendas y otras construcciones fueron destruidas. Las comunicaciones (puertos, ferrocarriles, puentes y viaductos) y las grandes ciudades sufrieron los daños mayores. Alemania perdió 20% de sus viviendas y Gran Bretaña 9%, a causa de los bombardeos que afectaron también numerosas fábricas. En Francia, Italia y Alemania, aparte de ciertos sectores como el de la siderurgia, las instalaciones industriales habían sufrido menores daños; en las naciones de tradición industrial lo que impediría la recuperación sería la falta de materias primas y recursos financieros.
Pero fue en la Europa oriental donde las destrucciones alcanzaron mayor magnitud: en la Unión Soviética 17.000 ciudades y 70.000 pueblos fueron arrasados y, en conjunto, este país perdió más de 20% de su potencial industrial e incalculables daños en la agricultura y la ganadería. Polonia quedó arruinada, casi no quedaba edificio en pie, había perdido más de un tercio de su capacidad de producción y se encontraba al borde de la hambruna. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron destruidos y el país había perdido aproximadamente 38% de su capacidad productiva.
En el aspecto financiero, los gastos de guerra y las muy pesadas exacciones monetarias impuestas por los alemanes en los países ocupados, particularmente en Francia, agravaron el déficit presupuestario y desencadenaron la inflación. Además, al finalizar la guerra apareció una gran masa de billetes atesorados durante el conflicto, cuya puesta en circulación constituyó otro factor inflacionario. Todo esto hacía inevitables las devaluaciones de las monedas, sobre todo en los países menos desarrollados como Hungría y Grecia.
Algunas consecuencias favorables. Sin embargo, la guerra tuvo en algunos países, junto a efectos catastróficos, otras consecuencias de carácter favorable. La Unión Soviética es el mejor ejemplo; aunque sufrió pérdidas humanas y materiales en mayor medida que los demás países europeos, al final pudo ampliar notablemente su territorio. Además, ante la invasión alemana, el traslado de las fábricas soviéticas de la zona europea a las regiones situadas al este de los montes Urales, sentó la primera piedra del desarrollo industrial del Asia soviética. Asímismo, la ocupación militar y el traslado de fábricas de Alemania y de otros países después de 1945, significaron para la URSS una oportunidad única para establecer un control político y eco­nómico sobre Europa oriental y sudoriental, mismo que constituyó la base de su política hegemónica frente a Occidente. Otros países que salieron fortalecidos económicamente de la guerra fueron Estados Unidos y los que pudieron man­tener su neutralidad, como Suecia, Suiza y los países de la Cornrnonwealth.
Efectos psicológicos y morales: Aparte de las destrucciones materiales y los desplazamientos de población, la guerra trajo consigo la ruina psicológica y moral, ocasionada por varios motivos: la utilización sistemática de la tortura por la Gestapo, la dominación de dictaduras militares y policíacas, la acentuación de los antagonismos de clases, la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la resistencia. Otro elemento negativo en este sentido fue la creación de hábitos de violencia y pillaje que trastornaron incluso el orden interno en países que antes se habían destacado por el respeto a las leyes y a los derechos individuales.
Pero el extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los campos de exterminio nazis, descubiertos tras la derrota alemana y la liberación de las naciones ocupadas. Se trataba de campos de concentración donde se llevaban a cabo los increíbles programas de exterminio del régimen nazi, “fábricas de la muerte” en las que se intentó la “solución final del problema judío” y se eliminaba también a los opositores políticos del nazismo, al tiempo que se ensayaban experimentos de esterilización y de eliminación de personas con defectos físicos o retraso mental, con miras a alcanzar la “pureza étnica” preconizada por las filosofías racistas alemanas.
Aparte de la terrible huella dejada en los supervivientes de los campos de concentración, el conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero trauma moral en la conciencia humana ante el hecho inexplicable e injustificable de que una barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el mundo civilizado del siglo XX. Pero la humanidad todavía había de presenciar azorada otra barbarie más cuando, en el mes de agosto siguiente, las bombas atómicas estadounidenses convirtieron en un verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, provocando en ambas la muerte instantánea de cerca de 120 000 personas civiles y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear que continuaría cobrando víctimas mortales por muchos años más.
Diseño y organización de la paz: Conferencias y tratados de paz
Una vez terminada la guerra, se hizo necesario ponerse de acuerdo para la forma en que se iba a reglamentar la paz entre vencedores y vencidos, lo cual no resultaba tarea fácil en virtud de los diferentes intereses de las naciones vencedoras y la desconfianza que existía entre ellas, sobre todo por el beneficio que representaba para Estados Unidos el poseer el secreto de la energía atómica y por la posición ventajosa de la Unión Soviética en la Europa oriental. Así pues, fue necesario celebrar varias reuniones para llegar a una decisión final sobre las condiciones de la nueva paz mundial. Las principales fueron dos conferencias celebradas en Moscú y París.
Conferencia de Moscú. A petición del gobierno estadounidense interesado en abrir nuevamente las conversaciones, se realizó en la capital soviética una nueva reunión en la que participaron ministros de Asuntos Exteriores de las tres grandes potencias. La Conferencia de Moscú, celebrada en diciembre de 1945, aunque no logró resolver los problemas diplomáticos entre las naciones vencedoras, pudo fijar el procedimiento a seguir para redactar los Tratados de Paz. De singular importancia fueron las decisiones tomadas respecto a la situación del Lejano Oriente, ya que se acordó la creación de gobiernos democráticos en Corea y se aprobó el establecimiento de una nación unificada y un gobierno democrático en China, el cual puso fin a la guerra civil que asolaba ese país. Al final, un asunto de gran trascendencia fue la decisión de crear una “comisión para el control de la energía atómica”, a cargo de la nueva organización internacional que habría de establecerse en sustitución de la fracasada Sociedad de Naciones.
Conferencia de París. Otra importante reunión internacional fue la Conferencia de París, celebrada en 1946 en la capital francesa en dos ocasiones, una entre el 28 de abril y el 16 de mayo, y la otra, del 15 de junio al 12 de julio, convocándose en esta última fecha la Conferencia de Paz. Los ministros de Asuntos Exteriores de las cuatro potencias después continuaron en la ciudad de Nueva York una última etapa de la Conferencia, entre los meses de octubre y diciembre del mismo año, en la que establecieron la fecha definitiva para la firma de los tratados de paz con Italia, Finlandia y con los tres países balcánicos: Hungría, Bulgaria y Rumania, que se llevó a cabo en París el 10 de febrero del año siguiente. El tratado con Austria no se firmaría hasta 1955, después de diez años de ocupación de las cuatro potencias vencedoras. Pero la solución del problema alemán fue eludida y no se alcanzó ningún acuerdo y, si a ello se agrega el hecho de que la URSS no firmó ningún tratado de paz con Japón, se puede llegar a la conclusión de que la Segunda Guerra Mundial no tuvo un final diplomático.
Modificaciones territoriales: En Europa, el conjunto de los países vencidos estaba constituido por Alemania, Italia, Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria, y en el Extremo Oriente por Japón y Siam (Tailandia). Todas estas naciones quedaron ocupadas militarmente por los países vencedores: Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria por la Unión Soviética; Italia, por los ejércitos angloamericanos; y Japón por Estados Unidos.
Las mayores modificaciones territoriales se dieron en Europa y Alemania fue la más afectada por ellas: perdió alrededor de 100000 kilómetros cuadrados de la superficie que tenía en 1937 y el territorio restante fue dividido en cuatro zonas de ocupación—soviética, estadounidense, británica y francesa—, división también aplicada a la ciudad de Berlín. Además, fueron anuladas todas las conquistas hitlerianas; Austria, Polonia y Checoslovaquia, que habían dejado de existir a causa del Anschluss de 1938, volvieron a constituirse como Estados nacionales. Austria sufrió la misma suerte que Alemania y fue subdividida en cuatro zonas de ocupación.
En la Europa central y oriental los principales cambios territoriales beneficiaron a la URSS y a Polonia. Este país restituyó a la URSS los territorios conquistados en 1921 a expensas de Ucrania y Bielorrusia, pero en compensación se anexó una parte de la Prusia Oriental, la Pomerania y la Silesia, tomadas a Alemania; de esta forma Polonia llegaba a tener una importante salida al mar y un territorio más homogéneo. La Unión Soviética, aparte de recuperar los territorios del este de Polonia, recuperó los países bálticos que Alemania había conquistado en su avance hacia Rusia, y se anexionó también la región alemana de Koenigsberg.
Italia tuvo que ceder varios territorios del continente europeo en favor de Grecia y de Francia, además de perder sus colonias en el norte de África. Rumania restituyó la Besarabia a la URSS y en cambio recuperó la Transilvania que había pasado a Hungría. Bulgaria perdió su salida al mar en beneficio de Grecia, en tanto que Checoslovaquia cedió a la URSS la región de la Rutenia.
Es importante destacar el hecho de Europa había quedado dividida no solamente por motivo de la desintegración de Alemania, sino porque al avanzar los ejércitos soviéticos sobre las fuerzas militares del Eje fueron ocupando los territorios de Europa oriental. La Unión Soviética se vio entonces muy favorecida con la ventaja de que al ser derrotados los gobiernos nazi-fascistas, los pueblos de Europa oriental que habían estado dominados por éstos se inclinaron por el socialismo, lo cual resultó claramente favorable para el expansionismo soviético que progresivamente convirtió esos países en satélites suyos.
Respecto al Lejano Oriente, la Conferencia de Yalta había previsto que Japón perdería todas sus posesiones. Pero los cambios territoriales y políticos dependieron de la cambiante situación en las últimas semanas de la guerra. El territorio de Manchuria —conquistado por Japón en 1931 y convertido en el Estado títere de Manchukuo bajo dominio japonés— fue ocupado por las tropas soviéticas, al tiempo que era reintegrado a China; pero se convirtió en un enclave de lucha entre comunistas y nacionalistas chinos. Corea, anexionada por Japón en 1910, quedó dividida en dos Estados: uno al norte del paralelo 38, ocupado por los soviéticos, y el otro al sur, ocupado por los estadounidenses. La URSS se anexó el sur de las islas Sajalín y las Kuriles, al norte de Japón. Estados Unidos, además de asegurarse los archipiélagos japoneses de las islas Marianas, Carolina y Marshall, ocuparonJapón y rehusaron compartir su autoridad sobre el territorio japonés con los otros Aliados.
China recibió Formosa (Taiwan), pero la derrota de Japón reanimó la guerra civil entre los comunistas dirigidos por Mao Zedong (Mao Tse-tung) y el gobierno de Chiang Kai-chek. En el Sudeste asiático, británicos, franceses y holandeses recuperaron sus colonias. Pero en 1945, Ho Chi Minh, líder comunista vietnamita, y Achmed Sukarno, dirigente del movimiento nacionalista de Indonesia, proclamaron la independencia en sus respectivos países, mientras que en la India avanzaba el proceso de emancipación hasta alcanzarla en 1947.
En el Medio Oriente, Etiopía recobró su independencia y le fue entregado el territorio de Eritrea, lo que le daba acceso directo al mar Rojo. Somalia y Libia, provisionalmente ocupadas por los ingleses, deberían obtener la independencia en poco tiempo. El retorno de la paz en la región estuvo marcado por el despertar del panarabismo, expresado en la creación de la Liga Árabe en marzo de 1945, y el inicio de la descolonización en los territorios bajo mandato británico y francés. Líbano y Siria alcanzaron su independencia en 1944 y 1946, respectivamente. Pero en Palestina, el problema se complicó con la creación del Estado de Israel en 1948, con el acuerdo de las grandes potencias y el patronazgo de la Organización de las Naciones Unidas.
Creación de organismos supranacionales
Organización de las Naciones Unidas (ONU)
La idea de establecer un sistema de seguridad colectiva más eficaz que la Sociedad de Naciones surgió durante la guerra. En el documento establecido por Churchill y Roosevelt bajo el nombre de Carta del Atlántico, se preveía la “institución de un sistema de seguridad general establecido sobre bases más amplias”. No se trataba de resucitar simplemente la Sociedad de Naciones, cuyo fracaso era evidente, además de que la URSS, expulsada de ese organismo en diciembre de 1939, se oponía enérgicamente a su restitución. La idea que prevaleció fue la de crear una institución totalmente nueva y la iniciativa emanaba mucho más de Estados Unidos que de la Gran Bretaña o de la Unión Soviética.
En la Conferencia de Yalta, Churchill, Roosevelt y Stalin se pusieron de acuerdo sobre el proyecto definitivo al que, después de largas controversias, se asoció Francia. Contrariamente a la Sociedad de Naciones, que había estado ligada a los tratados de paz de 1919, la nueva organización debía nacer de una conferencia internacional y de ninguna manera podía estar asociada a un reglamento de guerra.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue definitiva­mente fundada el 25 de junio de 1945, en laConferencia de San Francisco. Los miembros originales fueron los 51 países firmantes de la Carta de fundación, con predominio de los Estados del continen­te americano (veintidós) y los europeos (quince), además de ocho asiáticos, cuatro africanos y dos de Oceanía. Los vencidos fueron por el momento excluidos, como ocurrió en 1919, al establecerse la Sociedad de Naciones.
En la Carta se enunciaban los Propósitos y los Principios de la ONU.
 Los Propósitos eran cuatro:
1.     a)  Mantener la paz y la seguridad internacionales;
2.     b)  Fomentar relaciones de amistad entre las naciones;
3.     c)  Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural y humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
4.     d)  Servir de centro armonizador de los esfuerzos de las naciones para alcanzar estos propósitos comunes.
Los Principios, más numerosos, precisaban lo siguiente:
1.     La organización se basaba en la igualdad soberana de todos sus miembros.
2.     Todos los miembros cumplirían las obligaciones contraídas de conformidad con la Carta.
3.     Los miembros arreglarían sus controversias internacionales por medios pacífi­cos y sin poner en peligro la paz, la seguridad o la justicia.
4.     Los miembros, en sus relaciones internacionales, se abstendrían de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra otros Estados.
5.     Los miembros prestarían a las Naciones Unidas toda la clase de ayuda en cual­quier acción ejercida de conformidad con la Carta, y no ayudarían a Estado ninguno contra el cual la Organización estuviera ejecutando acción preventiva o coercitiva.
6.     Ninguna disposición de la Carta autorizaría a la ONU a intervenir en los asun­tos que son jurisdicción interna de los Estados.
7.     Las Naciones Unidas harían que los Estados que no fueran miembros de la orga­nización, se condujeran de acuerdo con estos principios en la medida que fuera necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales.
LA ESTRUCTURA DE LA ONU INCLUÍA LOS SIGUIENTES ÓRGANOS:
El Consejo de Seguridad, órgano principal y con mayor poder de decisión de toda la institución, cuya función primordial es el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Determina los actos de agresión y amenazas contra la paz que exigen medidas de carácter coercitivo para los miembros de la Organización que los hayan cometido, por lo que puede obligar al cumplimiento de sus resoluciones mediante el empleo de fuerzas armadas formadas por tropas de los Estados miembros de la ONU. A este Consejo le fue encargada la Comisión de Energía Atómica, cuyo propósito es evitar que la energía nuclear vuelva a ser utilizada en contra de la vida humana.
La Asamblea General, integrada por representantes de todas los Estados miembros, que se reúne una vez al año, aunque puede ser convocada en sesión extraordinaria. Cada Estado miembro tiene cinco representantes, pero solamente un voto, no existiendo el derecho de veto. Esta Asamblea puede tratar cualquier asunto relacionado con el campo de acción de la ONU o de cualquiera de sus organismos internos. Goza de amplias competencias: elección de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, admisión de nuevos miembros, nombramiento del secretario general a propuesta del mismo Consejo. Pero la Asamblea General sólo puede emitir “recomendaciones” que deben ser adoptadas por el voto de la mayoría de los dos tercios de los miembros presentes y votantes.
ACTIVIDADES
1)     Cuáles fueron las características generales de la Segunda Guerra Mundial
2)     Qué relación puede existir entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial
3)     Explique por qué el enfrentamiento ideológico es considerado como una causa de la guerra
4)     Cuál era la visión que tenía Francia, Inglaterra y EEUU, de Alemania luego de la Primera Guerra Mundial
5)     Explique los hechos que sucedían con Japón en Oriente antes de la guerra con EEUU
6)     Resuma cuales fueron las causas de la Segunda Guerra Mundial
7)     Explique por qué se firma el pacto de no agresión entre Alemania y Rusia
8)     Explique qué problemas presentó para para Italia la invasión de Albania
9)     Que era la BLITZKRIEG, como se llevó a cabo y cuál fue su efecto
10)  Basándose en el texto, construya una línea de tiempo de la Guerra
11)  Quienes eran Winston Churchill, Pétain, Rommel, Montgomery y el África Korps
12)  Explique por qué se firmó el “Tratado de no Agresión” entre Rusia Y Alemania. Exprese una opinión
13)  Explique cómo comenzó la guerra en el pacífico
14)  Que temas se trataron en las conferencias de Yalta y Potsdam
15)  Cuáles fueron los cambios territoriales ocurridos luego de la guerra
16)  Explique que se acordó en las conferencias de París y Moscú
17)  Nombre y explique las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
18)  Qué era la ONU y cuáles eran sus objetivos ( resuma)

19)  Realice una conclusión  respecto a los  acontecimientos de la guerra