LA SOCIEDAD
Y SU PENSAMIENTO POLITICO DURANTE
EL SIGLO XIX
La burguesía
El término burguesía fue empleado en la Edad
Media para designar al grupo social compuesto esencialmente por
comerciantes, artesanos libres y personas no sometidas a la jurisdicción
señorial que vivía en las ciudades. En la actualidad es
utilizado coloquialmente para designar a la clase social integrada por quienes
disfrutan de una acomodada situación económica.
En el siglo XIX la industrialización y las revoluciones liberales le
otorgaron el poder económico y político. Los revolucionarios socialistas
y anarquistas consideraban a la burguesía la clase que, frente al proletariado (los
obreros) ostentaba la propiedad de los medios de producción (capital
dinerario, máquinas, materias primas, las fábricas, inmuebles urbanos, tierras,
etc).
Sin embargo la burguesía decimonónica como clase social era muy heterogénea y
en su seno podían distinguirse los siguientes grupos:
La Alta burguesía
Situada
en la cúspide de la sociedad capitalista. Controlaba las industrias,
la banca, el comercio y los altos cargos de
la administración del Estado. Se adueñó de muchas tierras procedentes de la
Iglesia y la nobleza arruinada, transformándose en terrateniente. Familias de
significada relevancia durante el siglo XIX fueron los Rothschild (banqueros
y comerciantes), los Krupp (magnates de la siderurgia), los Thyssen o
los Péreire.
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Este
grupo se aristocratizó en
ciertos casos, bien
uniéndose con la antigua nobleza, bien mediante la compra de nuevos títulos.
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La burguesía media
También
conocida por "clases medias". Estaba integrada por profesionales de
alta cualificación (abogados, ingenieros, intelectuales, profesores
universitarios, miembros de profesiones liberales, etc.), comerciantes,
agricultores acomodados, etc
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La pequeña burguesía
Constituida por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de nivel medio-bajo, empleados diversos. Imitaba las formas de vida de la burguesía alta y media. En realidad se encontraba a un paso de la proletarización. Buena parte de los problemas que aquejaron a este colectivo coincidían con los de los trabajadores. Junto a ellos intervinieron en protestas, demandas y reivindicaciones comunes, como ocurrió durante la Revolución de 1848.
Constituida por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de nivel medio-bajo, empleados diversos. Imitaba las formas de vida de la burguesía alta y media. En realidad se encontraba a un paso de la proletarización. Buena parte de los problemas que aquejaron a este colectivo coincidían con los de los trabajadores. Junto a ellos intervinieron en protestas, demandas y reivindicaciones comunes, como ocurrió durante la Revolución de 1848.
El proletariado
El término proletariado designa a la clase social constituida
por proletarios. En la antigua Roma la componían los ciudadanos
pobres que únicamente con su prole podían servir al Estado.
Más tarde
aludió a quienes carecían de bienes y eran contabilizados en
las listas vecinales únicamente por su persona y prole (sus hijos o
descendencia). El término proletario se identifica, pues, con la clase obrera.
Estaban
concentrados en las ciudades, donde se ubicaban las industrias,
diferenciándose claramente de los trabajadores agrarios por su forma de vida e intereses.
.
Los miembros del proletariado en el siglo XIX poseían características
comunes:
Padecían duras condiciones de trabajo (larga jornada laboral,
falta de higiene) e inseguridad (paro, inexistencia de
seguro médico, de desempleo o jubilación). La concienciación de su precaria
situación los condujo a la protesta y la reivindicación
organizadas, pero también a la alienación y la desesperanza: algunos se sumieron
en el alcoholismo, el juego o la delincuencia
Al carecer de propiedades, se veían obligados a vender su fuerza de trabajo a
cambio de un salario.
El campesinado
Los campesinos siguieron constituyendo la mayor parte
de la población. Continuaron inmersos en la tradición, el inmovilismo,
las creencias religiosas y el rechazo a las nuevas ideas
políticas, ya fuese el liberalismo o el socialismo. También se resistieron a
las nuevas prácticas económicas
Durante
el siglo XIX las estructuras agrarias se mantuvieron con fuerza a
pesar del proceso de urbanización. Eso sin embargo, no impidió su asimilación a
las nuevas formas capitalistas de producción y su
conversión en obreros asalariados rurales. Desaparecieron los vínculos legales
que los había atado a sus señores (servidumbre), algo que aconteció en algunos
países muy tardíamente (1861 en Rusia)
Sus
condiciones de vida no mejoraron y generaron un constante flujo migratorio a
las ciudades industriales, donde fueron transformados en mano de obra sin
cualificar, mal remunerados y víctimas
del hacinamiento urbanístico. En algunos casos esa emigración se
hizo hacia países extranjeros y constituyó un acontecimiento
masivo, como el protagonizado por los irlandeses hacia Inglaterra y Estados Unidos (que se prolongó hasta bien
entrado el siglo XX) o los polacos que viajaron a Alemania.
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En el seno de este grupo podemos detectar dos realidades distintas:
1ª Los campesinos propietarios de tierras, relativamente numerosos
en occidente, que se beneficiaron de las reformas liberales y se
convirtieron en propietarios agrarios (Ej., en Francia a raíz de la
Revolución).
2ª Los jornaleros no propietarios, cuyo número fue
especialmente elevado en zonas del Mediterráneo (Italia,
España) y el oriente europeo (Rusia, Polonia). Muchos hubieron
de emigrar y, con frecuencia, se adhirieron a doctrinas revolucionarias
vinculadas al anarquismo.
MOVIMIENTOS
POLITICOS DEL PERIODO
Socialismo utópico
El
término socialismo utópico fue acuñado en 1839 por Louis
Blanqui, aunque alcanzó notoriedad tras el empleo que de él hicieron Marx
y Engels en su "Manifiesto Comunista". Éstos consideraban que los
pensadores utópicos, aunque bienintencionados, pecaban de idealismo e
ingenuidad. Para impedir ser confundidos con ellos, etiquetaron su propia
teoría con el calificativo de "científico".
Cronológicamente las ideas del socialismo utópico alcanzaron su
madurez en el período comprendido entre 1815 y 1848 (fecha de publicación
del Manifiesto Comunista).
Los socialistas utópicos formaron un grupo de pensadores heterogéneo.
Sin embargo tuvieron en común una serie rasgos, en gran medida
influidos por las ideas de Rousseau.
- La
importancia de la naturaleza estaba muy presente en sus
ideales, aunque ello no fue obstáculo para que fuesen favorables a la industrialización y
el maquinismo.
- Dedicaron
sus esfuerzos a la creación de una sociedad ideal y
perfecta, en la que el ser humano se relacionase en paz,
armonía e igualdad.
- Sus
metas habrían de alcanzarse mediante la simple voluntad
de los hombres, es decir, pacíficamente, de ahí que sus
seguidores se opusieran a las revoluciones y a acciones como la huelga.
- Pusieron
al descubierto y denunciaron los perniciosos efectos del capitalismo, pero
no investigaron sobre sus causas profundas.
- Con
el fin de paliar las injusticias y desigualdades emprendieron diversos planes,
en los que primaron la solidaridad, la filantropía y
el amor fraternal.
Socialismo científico o marxismo
·
El
marxismo se alejaba de los postulados teóricos, reformistas, idealistas y
supuestamente irrealizables del socialismo utópico.
·
La Revolución de 1848 constituyó un momento
clave en el desarrollo de esta nueva corriente socialista pues, una
vez frustrada, el marxismo reemplazó al socialismo utópico
como corriente ideológica obrerista dominante, erigiéndose en motor y referente
de buena parte de los movimientos revolucionarios de la segunda mitad del siglo
XIX y XX. Fue precisamente en 1848 cuando se publicó el "Manifiesto comunista”, la obra más conocida del
marxismo.
La
lucha de clases
·
Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción,
es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de
las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está
determinado por la división
del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y
por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase
social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y
otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar
sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y
explotadores.
·
A lo
largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.
·
En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es
protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción(capital,
fábricas, máquinas, transportes, etc.) y
por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se
ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer
la supervivencia.
·
Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán
indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya
desarrollándose el número
de obreros se incrementará,
lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución.
·
La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde
no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la
abolición de la propiedad
privada, es decir, la socialización los medios de
producción, evitando la mera sustitución de los antiguos
propietarios por otros nuevos.
·
La teoría anarquista
·
El pensamiento anarquista no es uniforme, sin
embargo, sus defensores comparten algunas ideas
afines:
·
El rechazo de cualquier tipo de autoridad -en especial la del Estado- y el repudio a cualquier forma de organización, sea de
carácter partidista, administrativa o religiosa. Junto al rechazo a la autoridad
preconiza la libertad
individual.
Para los anarquistas el Estado capitalista constituye una estructura que posibilita la explotación de la clase obrera y por ello debe ser destruido. Rechaza tanto el juego político como la organización de partidos. El medio fundamental para eliminar al Estado es la huelga general, que permite arruinar a la burguesía.
La organización social ha de estructurarse de abajo arriba, partiendo de pequeñas comunidades autosuficientes y por libre decisión de sus miembros, expresada a través del sufragio universal, nunca por imposición.
Para los anarquistas el Estado capitalista constituye una estructura que posibilita la explotación de la clase obrera y por ello debe ser destruido. Rechaza tanto el juego político como la organización de partidos. El medio fundamental para eliminar al Estado es la huelga general, que permite arruinar a la burguesía.
La organización social ha de estructurarse de abajo arriba, partiendo de pequeñas comunidades autosuficientes y por libre decisión de sus miembros, expresada a través del sufragio universal, nunca por imposición.
·
La abolición de la propiedad, ya que ésta es considerada como un robo cuando se
consigue sin trabajo. El
derecho a la herencia (origen del status social) ha de eliminarse y sustituirse por la colectivización de los bienes.
·
La importancia de la educación. El hombre solo será libre cuando sea capaz de pensar por sí
mismo y el mejor medio para conseguirlo es una esmerada instrucción.
La doctrina social de la Iglesia
·
Tanto el
liberalismo como el socialismo abogaban por la secularización de
la sociedad, eliminando con ello el protagonismo que la Iglesia había mantenido
hasta entonces. La Iglesia condenó estas ideologías, prueba de ello fue la
política reaccionaria desarrollada durante el pontificado de Pío IX, radicalmente opuesto a los cambios que
estaban aconteciendo.
Ante el
imparable proceso de industrialización, el constante crecimiento de las masas obreras y
de la conflictividad social, hubo católicos que criticaron
la explotación a la que estaba siendo sometido el proletariado. Surgió de ese
modo la denominada “doctrina social de la Iglesia”, condensada en una
serie de documentos, entre los que cabe destacar la encíclica "Rerum
novarum" (“De las cosas nuevas”), promulgada en 1891 por el
Papa León XIII.
|
·
En ella
se preconizaba un orden social basado en la justicia y
la caridad, exhortando al Estado a socorrer a las
clases más desfavorecidas y alentando el asociacionismo de los
trabajadores y fórmulas de asistencia social.
·
La
doctrina social de la Iglesia, sin embargo, no constituyó un corpus
teórico en sí misma, sino que se expresó mediante una serie de consejos encaminados
a ilustrar a los fieles sobre cómo afrontar los retos sociales y económicos del
mundo moderno, desde los presupuestos de la fe cristiana.
·
Negó la existencia de la lucha de clases, tal y como preconizaba el marxismo, y propuso en
su lugar la armonía, la convivencia y el diálogo entre patronos y
obreros, exhortando a los primeros a mitigar la miseria de los segundos.
De igual modo protegió la propiedad privada combatida por
marxistas y anarquistas, considerándola como un instrumento al servicio
del bien común.
ACTIVIDADES A REALIZAR
Desarrolle los siguientes temas:
1) Explique qué diferencias existen
entre Burguesía y Proletariado
2) Explique de donde proviene el
término Proletariado
3) Investigue de donde proviene el
término “ salario” y que diferencia
tiene con el término “sueldo”
4) Explique qué ocurrió con la
sociedad rural cuando se comenzaron a manifestar los medios de producción
capitalista en ese sector
5) Explique que plantea el” socialismo utópico” y qué criticas se le hacía
6) Que se entiendo por “lucha de clases”. Explique y desarrolle
la idea
7) Que plantea el anarquismo y
el marxismo
8) Explique que fue y que planteaba la “rerum
novarum”
9) que conclusión puede extraer de
los nuevos movimientos sociales que surgen durante la segunda mitad del siglo
XIX
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