LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La Primera Guerra Mundial fue el primero de una serie de
enfrentamientos entre las principales potencias del siglo XX. Este mundo, que
se percibía cada vez más cercano, producto de los adelantos en los medios de
comunicación, vería gestarse un terrible conflicto a principios de siglo. La
esperanza que tenían las personas acerca de esta centuria, pronto se fue
transformando en una angustiante realidad de muerte y destrucción. La Gran
Guerra, como también se conoce a este conflicto, adquirió características mundiales:
no solo por los países que participaron en ella, sino también por los
escenarios en que se desarrolló y por el rol que aún jugaban las potencias
coloniales. Los costos materiales y humanos conllevaron la destrucción,
transformación y desesperanza de los países europeos y del resto del planeta,
en este período. El mundo previo a la Primera Guerra Mundial se caracterizaba
por tres elementos del siglo XIX que aún perduraban: el nacionalismo, el
imperialismo y las alianzas de las potencias europeas. Cada una de ellas tendrá
una influencia determinante en el desarrollo de los conflictos que se
desarrollarán como antesala al inicio de la guerra.
En estos cincuenta años previos al conflicto, los imperios
coloniales europeos habían dado gran estabilidad a la realidad política y
económica del período. Pero, al mismo tiempo, en los límites más alejados de
las metrópolis se fue gestando un afán de revolución por parte de los pueblos
dominados que desencadenaría en la Primera Guerra Mundial.
A su vez, los nacionalismos habían comenzado a desarrollarse
con fuerza desde mediados del siglo XIX. En los imperios europeos, el progreso
técnico, sumado al éxito de sus economías bajo el modelo capitalista, había
provocado un creciente orgullo en sus poblaciones. Además, aumentaba la
competencia en el proceso de expansión y consolidación de los imperios. Al
mismo tiempo, los pueblos dominados desarrollaban un sentimiento nacionalista
distinto al europeo, asumiendo características libertarias y manifestándose
descontentos de ver cómo su país era un escenario probable de enfrentamientos
entre las potencias. El sistema de alianzas de las potencias europeas surgió
luego de la finalización de la guerra franco-prusiana (1871) y se extendió
hasta la Primera Guerra Mundial, en un período también conocido como paz
armada.
Las alianzas fueron de carácter defensivo y, si bien no
suponían un enfrentamiento directo con aquellos que no formaban parte de una,
contribuyeron para crear un ambiente de tensión que se fue acrecentando en la medida
en que los intereses de las potencias europeas se fueron encontrando. Las dos
principales alianzas que participaron, tanto en el inicio como en el desarrollo
de las hostilidades de la Gran Guerra, fueron: • La Triple Alianza, que
abarcaba en sus inicios a los imperios centrales, es decir, Alemania,
Austria-Hungría e Italia. Esta alianza fue creada con un carácter defensivo por
Bismarck en 1882, y a principios del siglo XX tuvo como eje la política
expansiva ejercida por el káiser alemán Guillermo II. • La Triple Entente,
alianza que contaba entre sus miembros a las principales potencias coloniales
de Europa: Inglaterra, Francia y la Rusia del zar Nicolás II.
Si bien estas no fueron las únicas alianzas que se dieron
durante este período, sí es importante recalcar que son las que tuvieron mayor
duración y participación en los acontecimientos que tuvieron que ver con el
inicio de la Primera Guerra Mundial; una vez que los sucesos políticos
determinaron el inicio del conflicto, comenzaron a operar las alianzas para
defender los intereses de sus socios frente a la amenaza de otra potencia.
La Gran Guerra: un problema mundial
Lo que caracterizó a los enfrentamientos armados del siglo
XX fue su carácter global. La Primera Guerra Mundial transformó la forma de comprender
los problemas del mundo; a partir de este conflicto, todos los acontecimientos
históricos han tenido relevancia mundial debido a que los procesos económicos,
sociales, culturales y políticos han estado determinados por el poder de las
potencias hegemónicas del momento y su influencia en los procesos locales. Los
enfrentamientos no solo ocurrieron en los escenarios tradicionales, como la
tierra y el mar, sino que ahora, por primera vez, en el aire. También se
utilizaron nuevas armas, como aviones, tanques y submarinos, y artillería, como
gases, lanzallamas, granadas, etc. Además, la guerra penetró todos los ámbitos
de la sociedad: la gran movilización de tropas (cerca de 70 millones de
soldados) obligó a las potencias a recurrir a la población civil, afectando
directamente a mujeres y niños. La Primera Guerra nació como un conflicto
europeo: en un principio, los enfrentamientos se llevaron a cabo en este
continente y estuvo protagonizado por sus principales potencias de la época.
Sin embargo, el escenario geográfico cambió, siendo uno de los elementos que
transformaron este conflicto en un fenómeno de carácter mundial. Primero, los
imperios coloniales arrastraron el conflicto a sus territorios fuera de Europa.
Luego, las batallas físicas ocurrieron en todos los continentes y, finalmente,
las repercusiones posteriores del conflicto se manifestaron en todo el mundo.
Los procesos políticos dentro de Europa, como la situación de las colonias,
provocaron un tenso escenario a inicios del siglo XX. El fortalecimiento de
Alemania, luego de su proceso de unificación, había transformado a este país en
una potencia central dentro de Europa. Esto se vio reflejado en el lenguaje
belicista de su líder, el káiser Guillermo II, en una industria metalúrgica y
armamentista de gran crecimiento, y en una población unida bajo el proyecto de
un gran imperio alemán. Paralelamente, Francia quería recuperar los territorios
de Alsacia y Lorena que había perdido después de la guerra franco-prusiana
entre 1870 y 1871.
En cuanto a los territorios disputados por las grandes
potencias, el gran foco del conflicto se hallaba dentro de Europa,
específicamente en la península de los Balcanes, que era apetecida y disputada
por todos los imperios centro-orientales. Producto del decaimiento del Imperio
otomano desde el siglo XIX, los Balcanes se había transformado en un gran foco
de problemas para la paz en el viejo continente debido a las guerras de
independencia de Serbia, Bulgaria y Grecia, a los enfrentamientos entre
minorías étnicas, y a los conflictos regionales que se multiplicaban en una
zona particularmente conflictiva por la confluencia cultural y religiosa entre
el mundo europeo y oriental. A su vez, Serbia, país independiente protegido por
el Imperio ruso, buscaba reunir en un solo estado a todos los eslavos del sur
de Europa central, bajo la bandera de la libertad frente al opresor austriaco.
Además, por motivos estratégicos militares y comerciales, los imperios rivales
austrohúngaro y ruso tenían intereses comunes para controlar los estrechos y el
Mediterráneo oriental. Por su parte, Rusia quería una salida al Mediterráneo,
que la podía conseguir dominando la península; el Imperio austrohúngaro, en
tanto, quería mantener una influencia cada vez más creciente en los Balcanes; y
el Imperio otomano necesitaba volver a situarse como potencia.
El estallido de la
guerra : La alta tensión que se vivía en los Balcanes provocó un
enfrentamiento armado entre Bulgaria y Serbia, en 1913. El triunfo del segundo,
apoyado por el resto de los Estados balcánicos y protegido por Rusia, puso en
alerta a Alemania y Austria, quienes vieron cómo Rusia tomaba mayor control de
la zona al tiempo que ellos lo perdían. El escenario quedaba a la espera de
algún suceso que afectara más directamente a alguna de las grandes potencias,
para que el conflicto pasara a un nivel mayor. Este fue el atentado de
Sarajevo, donde el archiduque heredero al trono de Austria-Hungría, Francisco
Fernando, y su esposa fueron asesinados por el estudiante nacionalista serbio
Gavrilo Prinzip, en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, el 28 de junio de
1914. Ante esta situación, el imperio austrohúngaro declaró la guerra a Serbia
un mes más tarde, con el objeto de poner fin al movimiento nacionalista serbio
y porque creía que Rusia no llegaría a aliarse con Serbia. No obstante, Rusia
respondió movilizándose contra Austria. Alemania al notar que Rusia no
retiraría sus tropas también le declaró la guerra. Ese mismo día, los franceses
comenzaron a movilizar sus fuerzas.
Guerra de movimientos
(1914) : La primera etapa de la guerra, conocida como guerra de
movimientos, se desarrolló en tres frentes durante agosto y diciembre de 1914:
el frente occidental –ubicado desde la costa del canal de la Mancha en Francia
hasta la frontera con Suiza–, el frente oriental –en Prusia oriental y Polonia–
y los Balcanes (Doc. 3). El primer paso de los alemanes fue invadir Bélgica con
el objetivo de llegar a Francia y confiando en que Rusia no participaría aún de
los enfrentamientos. Ante ello, los franceses se movilizaron hasta el frente lo
más rápido posible, haciendo uso de todos los medios posibles. Tropas francesas
y alemanas se encontraron en las cercanías del río Marne, a menos de 48 km de
París, donde combatieron por tres días. El 9 de septiembre los alemanes ya se
habían retirado, desapareciendo la amenaza sobre la capital de Francia y
frustrándose el intento alemán de anular a Francia a comienzos del conflicto.
En tanto, en el frente oriental, los alemanes derrotaron a los rusos en la
batalla de Tannenberg, en Prusia oriental, deteniendo su avance hacia Europa
central. En los Balcanes, fracasó la ofensiva austro-húngara contra los
serbios, quienes lograron retomar Belgrado. El 1 de noviembre, Turquía entró en
la guerra contra los países de la Triple Entente.
Guerra de trincheras
(1915-1917)
La guerra se estancó entre los años 1915 y 1917
cuando comenzó un sistema de combate basado en trincheras. Estas eran líneas
estáticas de fortificación cavadas en el suelo y enfrentadas ante su enemigo.
Este tipo de enfrentamiento se caracterizaba por combates cada vez más mortales
e inútiles, debido a la utilización de artillería pesada y armas químicas.
Surgió el agotamiento y la desesperación entre los soldados, producto de los
horrores de la guerra, multiplicándose los motines al interior de los
ejércitos. La propaganda se transformó en un elemento esencial para mantener
unida a la población, y para lograr obtener el apoyo y los recursos para
sustentar al ejército. En este período, se integraron a la guerra otros estados.
Bulgaria (1915) se sumó a Turquía en el apoyo a los imperios centrales; en
tanto, Italia (1915), Rumania (1916) y Grecia (1917) lo hicieron a favor de los
aliados. Con esto se amplió el escenario de conflictos sumándose dos nuevos
frentes: la frontera austro-italiana y Medio Oriente. Durante 1915 las
potencias lograron ciertos avances, pero el daño era más humano que
territorial. Alemania ocupó Polonia y obligó a los rusos a retroceder; mientras
Francia intentaba hacer lo mismo con Alemania. En 1916, la guerra se tornaba
cada vez más brutal debido a la utilización de nuevas armas, como las minas y
los lanzallamas. En Verdún, los alemanes fueron derrotados al intentar retomar
la ofensiva en el frente occidental; y los aliados lograron una victoria marítima
cuando la flota inglesa contuvo el intento alemán de romper la barrera
defensiva en la península de Jutlandia, Dinamarca. Los aliados intentaron
atacar por tierra pero fueron derrotados en Somme, con un número aún mayor de
bajas para ambos lados. Al mismo tiempo, en el frente oriental, el ejército
ruso se debilitaba producto de la desintegración del régimen zarista.
La guerra en otros continentes
: El conflicto no se concentró únicamente en Europa, sino que también pasó a
otros continentes, especialmente donde se concentraban colonias de las
potencias europeas. En 1917, un funcionario británico, conocido como Lawrence
de Arabia, incitó a los príncipes árabes a rebelarse en contra de sus patronos
turcos, terminando con los restos del Imperio turco en el Medio Oriente. En
África, franceses y británicos atacaron desde todos los frentes a las colonias
alemanas, mientras que los germanos en el Pacífico sur fueron ocupados por
Japón, que ya le había declarado la guerra en 1914.
Hacia el fin de la
guerra (1918) Tras nuevos enfrentamientos, la movilización
submarina de Alemania y una fallida mediación del papa Benedicto XV, dos
grandes sucesos transformaron el curso de la guerra en el año 1917: la
Revolución rusa y el ingreso de Estados Unidos. La desintegración del régimen
zarista y los efectos de la Revolución provocaron la desarticulación del
principal soporte aliado del frente oriental. El Gobierno ruso firmó un
armisticio en diciembre de este año con los imperios centrales, poniendo fin a
la guerra en el este de Europa. Los aliados recibieron un apoyo fundamental por
parte de una potencia que había sido un espectador hasta ese momento. A pesar
de que durante los primeros años de la guerra la población de Estados Unidos se
había manifestado a favor de mantenerse al margen del conflicto, esta situación
cambió con el hundimiento del crucero de lujo Lusitania, destruido por los
alemanes cerca de la costa de Irlanda el 7 de mayo de 1915, muriendo ciento
catorce de los ciento dieciocho norteamericanos embarcados. En abril de 1917,
luego de un comunicado del presidente estadounidense Woodrow Wilson al
Congreso, Estados Unidos anuncia su ingreso al conflicto declarándole la guerra
a Alemania. La concentración de las fuerzas alemanas en el frente occidental
les permitió retomar la ofensiva y ganar terreno durante los últimos meses de
1917. Pero la llegada de tropas norteamericanas fue un duro golpe para los
imperios centrales, quienes rápidamente fueron cediendo el terreno ganado. Era
evidente que Estados Unidos había desequilibrado el enfrentamiento a favor de
los aliados. En enero de 1918, el presidente Woodrow Wilson pronunció su famoso
discurso de los 14 puntos, en el cual proponía las condiciones necesarias para
la paz y donde planteó la necesidad de crear una sociedad de naciones para
garantizar el equilibrio mundial. En tanto, Alemania intentaba recobrar el
territorio perdido en el frente occidental, pero sucesivas derrotas en Francia
la obligaron a retroceder. Lo anterior, sumado a otras derrotas de sus aliados
búlgaros, turcos y austrohúngaros en manos de los aliados, los hizo darse
cuenta de que no podía ganar la guerra. El 9 de noviembre de 1818, Guillermo II
de Alemania abdicó, huyó a Holanda y se proclamó la República. Dos días más
tarde, los alemanes firmaron un armisticio, poniendo fin a la mayor catástrofe
que la humanidad había conocido hasta entonces.
1. Defina sistema de
alianzas e imperialismo.
2. Explique la importancia del imperialismo y del
nacionalismo en la conformación del escenario europeo de comienzos del siglo
XX.
3. Analiza la importancia de la estabilidad política y
económica del período imperialista. Ejemplifica.
4. Señala qué acontecimientos influyeron en el estallido de
la Primera Guerra Mundial.
5. Señala las nuevas estrategias bélicas que surgieron a
partir de la Primera Guerra Mundial.
6. Describe el suceso que desencadenó el estallido de la
Primera Guerra Mundial.
7. Define guerra de trincheras.
8. Analiza la importancia de la retirada de Rusia para el
desarrollo de la guerra.
9. Explica los acontecimientos que condicionaron el ingreso
de Estados Unidos en el conflicto.
10. Relate los hechos ocurridos luego de la entrada de EEUU en la guerra
11. Según el mapa, que nuevos países surgen de los imperios disueltos
12. Investigue cuales fueron los tratados de paz que dieron fin a la guerra
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