miércoles, 13 de abril de 2016


 LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL


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La Primera Guerra Mundial fue el primero de una serie de enfrentamientos entre las principales potencias del siglo XX. Este mundo, que se percibía cada vez más cercano, producto de los adelantos en los medios de comunicación, vería gestarse un terrible conflicto a principios de siglo. La esperanza que tenían las personas acerca de esta centuria, pronto se fue transformando en una angustiante realidad de muerte y destrucción. La Gran Guerra, como también se conoce a este conflicto, adquirió características mundiales: no solo por los países que participaron en ella, sino también por los escenarios en que se desarrolló y por el rol que aún jugaban las potencias coloniales. Los costos materiales y humanos conllevaron la destrucción, transformación y desesperanza de los países europeos y del resto del planeta, en este período. El mundo previo a la Primera Guerra Mundial se caracterizaba por tres elementos del siglo XIX que aún perduraban: el nacionalismo, el imperialismo y las alianzas de las potencias europeas. Cada una de ellas tendrá una influencia determinante en el desarrollo de los conflictos que se desarrollarán como antesala al inicio de la guerra.
En estos cincuenta años previos al conflicto, los imperios coloniales europeos habían dado gran estabilidad a la realidad política y económica del período. Pero, al mismo tiempo, en los límites más alejados de las metrópolis se fue gestando un afán de revolución por parte de los pueblos dominados que desencadenaría en la Primera Guerra Mundial.
A su vez, los nacionalismos habían comenzado a desarrollarse con fuerza desde mediados del siglo XIX. En los imperios europeos, el progreso técnico, sumado al éxito de sus economías bajo el modelo capitalista, había provocado un creciente orgullo en sus poblaciones. Además, aumentaba la competencia en el proceso de expansión y consolidación de los imperios. Al mismo tiempo, los pueblos dominados desarrollaban un sentimiento nacionalista distinto al europeo, asumiendo características libertarias y manifestándose descontentos de ver cómo su país era un escenario probable de enfrentamientos entre las potencias. El sistema de alianzas de las potencias europeas surgió luego de la finalización de la guerra franco-prusiana (1871) y se extendió hasta la Primera Guerra Mundial, en un período también conocido como paz armada.
Las alianzas fueron de carácter defensivo y, si bien no suponían un enfrentamiento directo con aquellos que no formaban parte de una, contribuyeron para crear un ambiente de tensión que se fue acrecentando en la medida en que los intereses de las potencias europeas se fueron encontrando. Las dos principales alianzas que participaron, tanto en el inicio como en el desarrollo de las hostilidades de la Gran Guerra, fueron: • La Triple Alianza, que abarcaba en sus inicios a los imperios centrales, es decir, Alemania, Austria-Hungría e Italia. Esta alianza fue creada con un carácter defensivo por Bismarck en 1882, y a principios del siglo XX tuvo como eje la política expansiva ejercida por el káiser alemán Guillermo II. • La Triple Entente, alianza que contaba entre sus miembros a las principales potencias coloniales de Europa: Inglaterra, Francia y la Rusia del zar Nicolás II.
Si bien estas no fueron las únicas alianzas que se dieron durante este período, sí es importante recalcar que son las que tuvieron mayor duración y participación en los acontecimientos que tuvieron que ver con el inicio de la Primera Guerra Mundial; una vez que los sucesos políticos determinaron el inicio del conflicto, comenzaron a operar las alianzas para defender los intereses de sus socios frente a la amenaza de otra potencia.
La Gran Guerra: un problema mundial
Lo que caracterizó a los enfrentamientos armados del siglo XX fue su carácter global. La Primera Guerra Mundial transformó la forma de comprender los problemas del mundo; a partir de este conflicto, todos los acontecimientos históricos han tenido relevancia mundial debido a que los procesos económicos, sociales, culturales y políticos han estado determinados por el poder de las potencias hegemónicas del momento y su influencia en los procesos locales. Los enfrentamientos no solo ocurrieron en los escenarios tradicionales, como la tierra y el mar, sino que ahora, por primera vez, en el aire. También se utilizaron nuevas armas, como aviones, tanques y submarinos, y artillería, como gases, lanzallamas, granadas, etc. Además, la guerra penetró todos los ámbitos de la sociedad: la gran movilización de tropas (cerca de 70 millones de soldados) obligó a las potencias a recurrir a la población civil, afectando directamente a mujeres y niños. La Primera Guerra nació como un conflicto europeo: en un principio, los enfrentamientos se llevaron a cabo en este continente y estuvo protagonizado por sus principales potencias de la época. Sin embargo, el escenario geográfico cambió, siendo uno de los elementos que transformaron este conflicto en un fenómeno de carácter mundial. Primero, los imperios coloniales arrastraron el conflicto a sus territorios fuera de Europa. Luego, las batallas físicas ocurrieron en todos los continentes y, finalmente, las repercusiones posteriores del conflicto se manifestaron en todo el mundo. Los procesos políticos dentro de Europa, como la situación de las colonias, provocaron un tenso escenario a inicios del siglo XX. El fortalecimiento de Alemania, luego de su proceso de unificación, había transformado a este país en una potencia central dentro de Europa. Esto se vio reflejado en el lenguaje belicista de su líder, el káiser Guillermo II, en una industria metalúrgica y armamentista de gran crecimiento, y en una población unida bajo el proyecto de un gran imperio alemán. Paralelamente, Francia quería recuperar los territorios de Alsacia y Lorena que había perdido después de la guerra franco-prusiana entre 1870 y 1871.
En cuanto a los territorios disputados por las grandes potencias, el gran foco del conflicto se hallaba dentro de Europa, específicamente en la península de los Balcanes, que era apetecida y disputada por todos los imperios centro-orientales. Producto del decaimiento del Imperio otomano desde el siglo XIX, los Balcanes se había transformado en un gran foco de problemas para la paz en el viejo continente debido a las guerras de independencia de Serbia, Bulgaria y Grecia, a los enfrentamientos entre minorías étnicas, y a los conflictos regionales que se multiplicaban en una zona particularmente conflictiva por la confluencia cultural y religiosa entre el mundo europeo y oriental. A su vez, Serbia, país independiente protegido por el Imperio ruso, buscaba reunir en un solo estado a todos los eslavos del sur de Europa central, bajo la bandera de la libertad frente al opresor austriaco. Además, por motivos estratégicos militares y comerciales, los imperios rivales austrohúngaro y ruso tenían intereses comunes para controlar los estrechos y el Mediterráneo oriental. Por su parte, Rusia quería una salida al Mediterráneo, que la podía conseguir dominando la península; el Imperio austrohúngaro, en tanto, quería mantener una influencia cada vez más creciente en los Balcanes; y el Imperio otomano necesitaba volver a situarse como potencia.
El estallido de la guerra : La alta tensión que se vivía en los Balcanes provocó un enfrentamiento armado entre Bulgaria y Serbia, en 1913. El triunfo del segundo, apoyado por el resto de los Estados balcánicos y protegido por Rusia, puso en alerta a Alemania y Austria, quienes vieron cómo Rusia tomaba mayor control de la zona al tiempo que ellos lo perdían. El escenario quedaba a la espera de algún suceso que afectara más directamente a alguna de las grandes potencias, para que el conflicto pasara a un nivel mayor. Este fue el atentado de Sarajevo, donde el archiduque heredero al trono de Austria-Hungría, Francisco Fernando, y su esposa fueron asesinados por el estudiante nacionalista serbio Gavrilo Prinzip, en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, el 28 de junio de 1914. Ante esta situación, el imperio austrohúngaro declaró la guerra a Serbia un mes más tarde, con el objeto de poner fin al movimiento nacionalista serbio y porque creía que Rusia no llegaría a aliarse con Serbia. No obstante, Rusia respondió movilizándose contra Austria. Alemania al notar que Rusia no retiraría sus tropas también le declaró la guerra. Ese mismo día, los franceses comenzaron a movilizar sus fuerzas.
Guerra de movimientos (1914) : La primera etapa de la guerra, conocida como guerra de movimientos, se desarrolló en tres frentes durante agosto y diciembre de 1914: el frente occidental –ubicado desde la costa del canal de la Mancha en Francia hasta la frontera con Suiza–, el frente oriental –en Prusia oriental y Polonia– y los Balcanes (Doc. 3). El primer paso de los alemanes fue invadir Bélgica con el objetivo de llegar a Francia y confiando en que Rusia no participaría aún de los enfrentamientos. Ante ello, los franceses se movilizaron hasta el frente lo más rápido posible, haciendo uso de todos los medios posibles. Tropas francesas y alemanas se encontraron en las cercanías del río Marne, a menos de 48 km de París, donde combatieron por tres días. El 9 de septiembre los alemanes ya se habían retirado, desapareciendo la amenaza sobre la capital de Francia y frustrándose el intento alemán de anular a Francia a comienzos del conflicto. En tanto, en el frente oriental, los alemanes derrotaron a los rusos en la batalla de Tannenberg, en Prusia oriental, deteniendo su avance hacia Europa central. En los Balcanes, fracasó la ofensiva austro-húngara contra los serbios, quienes lograron retomar Belgrado. El 1 de noviembre, Turquía entró en la guerra contra los países de la Triple Entente.
Guerra de trincheras (1915-1917) 

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La guerra se estancó entre los años 1915 y 1917 cuando comenzó un sistema de combate basado en trincheras. Estas eran líneas estáticas de fortificación cavadas en el suelo y enfrentadas ante su enemigo. Este tipo de enfrentamiento se caracterizaba por combates cada vez más mortales e inútiles, debido a la utilización de artillería pesada y armas químicas. Surgió el agotamiento y la desesperación entre los soldados, producto de los horrores de la guerra, multiplicándose los motines al interior de los ejércitos. La propaganda se transformó en un elemento esencial para mantener unida a la población, y para lograr obtener el apoyo y los recursos para sustentar al ejército. En este período, se integraron a la guerra otros estados. Bulgaria (1915) se sumó a Turquía en el apoyo a los imperios centrales; en tanto, Italia (1915), Rumania (1916) y Grecia (1917) lo hicieron a favor de los aliados. Con esto se amplió el escenario de conflictos sumándose dos nuevos frentes: la frontera austro-italiana y Medio Oriente. Durante 1915 las potencias lograron ciertos avances, pero el daño era más humano que territorial. Alemania ocupó Polonia y obligó a los rusos a retroceder; mientras Francia intentaba hacer lo mismo con Alemania. En 1916, la guerra se tornaba cada vez más brutal debido a la utilización de nuevas armas, como las minas y los lanzallamas. En Verdún, los alemanes fueron derrotados al intentar retomar la ofensiva en el frente occidental; y los aliados lograron una victoria marítima cuando la flota inglesa contuvo el intento alemán de romper la barrera defensiva en la península de Jutlandia, Dinamarca. Los aliados intentaron atacar por tierra pero fueron derrotados en Somme, con un número aún mayor de bajas para ambos lados. Al mismo tiempo, en el frente oriental, el ejército ruso se debilitaba producto de la desintegración del régimen zarista.
 La guerra en otros continentes : El conflicto no se concentró únicamente en Europa, sino que también pasó a otros continentes, especialmente donde se concentraban colonias de las potencias europeas. En 1917, un funcionario británico, conocido como Lawrence de Arabia, incitó a los príncipes árabes a rebelarse en contra de sus patronos turcos, terminando con los restos del Imperio turco en el Medio Oriente. En África, franceses y británicos atacaron desde todos los frentes a las colonias alemanas, mientras que los germanos en el Pacífico sur fueron ocupados por Japón, que ya le había declarado la guerra en 1914.
Hacia el fin de la guerra (1918) Tras nuevos enfrentamientos, la movilización submarina de Alemania y una fallida mediación del papa Benedicto XV, dos grandes sucesos transformaron el curso de la guerra en el año 1917: la Revolución rusa y el ingreso de Estados Unidos. La desintegración del régimen zarista y los efectos de la Revolución provocaron la desarticulación del principal soporte aliado del frente oriental. El Gobierno ruso firmó un armisticio en diciembre de este año con los imperios centrales, poniendo fin a la guerra en el este de Europa. Los aliados recibieron un apoyo fundamental por parte de una potencia que había sido un espectador hasta ese momento. A pesar de que durante los primeros años de la guerra la población de Estados Unidos se había manifestado a favor de mantenerse al margen del conflicto, esta situación cambió con el hundimiento del crucero de lujo Lusitania, destruido por los alemanes cerca de la costa de Irlanda el 7 de mayo de 1915, muriendo ciento catorce de los ciento dieciocho norteamericanos embarcados. En abril de 1917, luego de un comunicado del presidente estadounidense Woodrow Wilson al Congreso, Estados Unidos anuncia su ingreso al conflicto declarándole la guerra a Alemania. La concentración de las fuerzas alemanas en el frente occidental les permitió retomar la ofensiva y ganar terreno durante los últimos meses de 1917. Pero la llegada de tropas norteamericanas fue un duro golpe para los imperios centrales, quienes rápidamente fueron cediendo el terreno ganado. Era evidente que Estados Unidos había desequilibrado el enfrentamiento a favor de los aliados. En enero de 1918, el presidente Woodrow Wilson pronunció su famoso discurso de los 14 puntos, en el cual proponía las condiciones necesarias para la paz y donde planteó la necesidad de crear una sociedad de naciones para garantizar el equilibrio mundial. En tanto, Alemania intentaba recobrar el territorio perdido en el frente occidental, pero sucesivas derrotas en Francia la obligaron a retroceder. Lo anterior, sumado a otras derrotas de sus aliados búlgaros, turcos y austrohúngaros en manos de los aliados, los hizo darse cuenta de que no podía ganar la guerra. El 9 de noviembre de 1818, Guillermo II de Alemania abdicó, huyó a Holanda y se proclamó la República. Dos días más tarde, los alemanes firmaron un armisticio, poniendo fin a la mayor catástrofe que la humanidad había conocido hasta entonces.



1. Defina  sistema de alianzas e imperialismo.
2. Explique la importancia del imperialismo y del nacionalismo en la conformación del escenario europeo de comienzos del siglo XX.
3. Analiza la importancia de la estabilidad política y económica del período imperialista. Ejemplifica.
4. Señala qué acontecimientos influyeron en el estallido de la Primera Guerra Mundial.
5. Señala las nuevas estrategias bélicas que surgieron a partir de la Primera Guerra Mundial.
6. Describe el suceso que desencadenó el estallido de la Primera Guerra Mundial.
7. Define guerra de trincheras.
8. Analiza la importancia de la retirada de Rusia para el desarrollo de la guerra.
9. Explica los acontecimientos que condicionaron el ingreso de Estados Unidos en el conflicto.
10. Relate los hechos ocurridos luego de la entrada de EEUU en la guerra
11. Según el mapa, que nuevos países surgen de los imperios disueltos 
12. Investigue cuales fueron los tratados de paz que dieron fin a la guerra



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